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Buenos Aires a los veintiocho días de noviembre del 2023
El arte de perder no es difícil de dominar;
tantas cosas parecen llenas con la intención
de perderse que su pérdida no es un desastre.
Pierde algo todos los días. Acepta la tensión
de perder las llaves de la puerta, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil de dominar.
Luego practica perder un poco más, perder más rápido:
lugares, y nombres, y a donde te disponías
a viajar. Ninguno de estos traerá un desastre.
Yo perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! mi última, o
la penúltima de las tres casas amadas se fue.
El arte de perder no es difícil de dominar.
Perdí dos ciudades, hermosas. Y, todavía más,
algunos reinos que poseía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
—Incluso perderte a ti (la voz de broma, los gestos
que amo) No habré mentido. Es evidente
que el arte de perder no es demasiado difícil de dominar
aunque pueda parecer (¡Escríbelo!) como un desastre.
The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.
Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.
Elizabeth Bishop
Versión . Marisol Bohórquez Godoy
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