el tiempo

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Buenos Aires a los cuatro  días de  febrero del 2024



En un vuelco de nubes celestes
hay un mar a lo lejos que yo no alcanzo a ver.
Son años de ceguera y no mar,
un soplido se desprende del tiempo.
El tiempo es –lo sabemos–
una palabra mayúscula.
Hay un hilo que brota por entre mis piernas
mientras vuelo el hilo me quiere atar a la tierra.
Mi madre y mi abuela cepillan una trenza enorme,
otra mujer la decora con guirnaldas y petunias.
Es difícil alcanzar el vuelo con el hilo que me ata,
con la vagina cerrada, entumecida y espantada.
Yo no puedo elevarme porque al miedo
nunca le ha dado la gana de soltarme.
Si ahora caigo de seguro el hilo se rompe y
el miedo saldrá corriendo
al ver la nada que soy, que me ha vuelto.
Alguno que otro llorará mi ausencia
mi madre
mi abuela
desde el otro lado
la lluvia.
Mi hijo no tiene hilos entre sus piernas.
Hay un bastón que lo sostiene.
Puede fallar en el despegue o incluso caer como yo.
El bastón sujeta al hombre, a mi hijo.
Más tarde voy a llegar a llorar mi cortedad
y el miedo me volverá a coger vacía,
eso le dejaré a mi hijo
mi muerte blanca y absurda
mi sexo nocturno con el miedo
mi trenza roja y omnipotente
que emerge todos los días
el monstruo que devora mi útero.
Mañana
quizás a hurtadillas
pueda volar de nuevo
libre de todo:
sin hilos
sin vientre
sin miedo.
Tomar las tijeras de la máquina de coser de mi abuela
abrirlas
abrirme
parir mis dolores
mis angustias
mi pasado
empaparme de hombría, sujetar un bastón
con mis piernas y
volar.

 

 Viviana Gonzales

 

  . Viviana Gonzales . La Paz . Bolivia . 1985
.....  Imagen .  Sophie Fontaine
 
 

 

 

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