cartas

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Buenos Aires a los veintidós días de marzo del 2020

Creíste que bastaba con ser perfecta
para ser  dichosa




Ahora me vuelven algunos recuerdos. No te asustes: no voy a describirte nada; no te diré los nombres; incluso he olvidado los nombres o no los he sabido nunca. Recuerdo la curva especial de una nuca, de unos labios o de unos párpados, algunas caras a las que amé por su tristeza, por el pliegue de cansancio que cercaba su boca o por ese no sé qué de ingenuo que tiene la perversidad de un ser joven, ignorante y reidor. Todo lo que aflora del alma a la superficie del cuerpo. Estoy hablando de desconocidos a los que no volveré a ver,  a los que no me interesa volver a ver y por eso mismo puedo hablar o callar con sinceridad. Yo no los quería; no deseaba encerrar en mis manos el poco de felicidad que me aportaban, no les pedía comprensión, ni siquiera ternura: sencillamente, escuchaba su vida.
La vida es el misterio de todo ser humano: es tan admirable que siempre se la puede amar. La pasión necesita gritos, el amor mismo se complace con las palabras, pero la simpatía puede ser silenciosa. La he sentido no sólo en minutos de gratitud y de paz, sino hacia los seres a los que no asociaba con ninguna idea de placer. La he conocido en silencio, porque los que me la inspiraban no me hubieran entendido. No es necesario que nadie me comprenda. He amado así a las figuras de mis sueños, a pobres gentes mediocres y también a algunas mujeres. Pero las mujeres, aunque digan lo contrario, no ven en la ternura más que un camino hacia el amor.




Marguerite Yourcenar
 Alexis o el tratado del inútil (fragmento )




. Marguerite Yourcenar .  Bruselas . Bélgica .1903. Mount Desert Island. EEUU .  1987
  Versión . Emma Calatayud
... Imagen . Katia Chausheva






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