Ya me voy de tu cuarto
y de tus hombros.
Allí esa intimidad de tu ropero
y los libros.
¿Qué haríamos sin ellos para el viaje?
La caricia empezada
y los ojos curiosos
te los dejo, hoy y siempre.
Se me encienden las manos.
Y me olvido. Despiértame.
Ya me voy de tu cuarto.
Verás cómo, despacio, se irán domesticando
mis violencias. Y absurdo me ha de ser este deseo
y este crearse un sueño.
Y al fin, un día, me será más fácil
las manos quietas y los ojos ciegos.
Emma Barrandéguy
. Emma Barrandéguy . Entre Ríos . 1914 . 2006
... Imagen . Asketoner
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