no pasa nada

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Buenos Aires a los tantos días de  agosto del 2020


Deberíamos haber empezado por decir las cosas que seríamos incapaces de hacer
como clavarnos tallos de flores muertas mientras dormimos
o dejar a nuestros monstruos del pasado afilarse las uñas en las venas del otro.
Tan simple como despedirnos
sin darnos un beso,
pero ya no pasa nada.
Escribí a tus espaldas mientras dormías
y fue tan literal como mi intención de hacerlo a escondidas.
Sé que soy un pequeño escalón hasta que miras abajo
y entonces los rascacielos empiezan a parecerte una nimiedad
de un arquitecto borracho montando una pieza sobre otra.
Lo cierto es que soy una canica.
Una pequeña pieza redonda y ligera
sólo apta para equilibristas
que no encontraron el equilibrio ni lo buscaron.
No sé lo que está pasando,
por eso sé perfectamente lo que está pasando,
pero no pasa nada.
Tu voz está al otro lado del teléfono
y no de mis mejillas rosadas
por las hostias de aquel regalo materno que es la vida.
Tú nunca tendrás los brazos tan largos para frenar mis impulsos
y yo tengo la lengua de la que habla Sabina.
El 99% de las veces que me preguntas qué estoy haciendo,
estoy haciendo como si nada.
Con la de cosas que podría hacer,
desde tocarte con la punta de un lápiz los desperfectos
hasta hacerte cosquillas con las papilas gustativas.
¿Sacarse un clavo con otro no es como curarse una herida con un arañazo?
Lo de meter el dedo en la herida para cerrarla era definitivamente provisional.
Red Bull me da alas, pero no me despierta comiéndome entera.
Y es una pena.
Me gustan tanto mis manos que estoy celosa de todo lo que tocan desde que me rechazan,
como tú.
Especialista en perder cosas busca que la encuentren,
camaleona en constante cambio se deja pillar.
Si preguntas por la recompensa,
no responderá.
Seguirá corriendo
hasta chocarse con otra canica
que sepa jugar sin competir.


Irene X


. Irene X . Irene Domingo Longares . Zaragoza . España .1990
... Imagen . Maxime Thevenon


 

 

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