Hoy toca un cuento real

.
Manuel fue un relator de escenas mágicas (entre otras tantas cosas) , aún recuerdo sus manosojos de prestidigitador cuando contaba cuentos, narrando escenas únicas. Lo maravilloso fue comprobar, con el paso del tiempo, que sus relatos eran espacios tocables, podía reconocerlos por sabor, aroma, forma. (aún me faltan encontrar algunos de ellos)
Un atardecer (el momento exacto del día para que las cosas sucedan) caminando por París de su mano, me llevó a la 37 de la 'rue' de la Bûcherie, frente a Notre Dame , al instante supe que era uno de los lugares de sus mil relatos, donde de noche se besaban los amantes de sueño de una noche de verano, o Hernández cantaba con voz suavecita a los altivos aceituneros de Jaén.
Y fuimos recorriendo Shakespeare and Company, mi mirada danzaba, no se quedaba quieta, ansiosa por descubrir tanta magia. Fascinada recorrí cada hueco, así tropecé sin querer con una mesa plagada de reproducciones de arte, estallaban los colores con nombres desconocidos para la niña que era, y se iluminaron Cézanne, Picasso, Klimt, Ribera, y tantos otros.

(c. 1910). Pastel on paper on canvas, 36 1/2 x 28 3/4" (92.7 x 73 cm). Lillie P. Bliss Collection

 
Me sentí deslumbrada ante los azules de Redon en su Roger and Angelica, sin saber porque me abracé a su vibrante paleta, quisé que fuera mía, sin más.
Durmió durante mucho tiempo en mi caja  de madera, hasta que supe que era para vos, sólo para vos.
 
 
 
ME. 

 

 

.