Il a observé avec tes yeux

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Buenos Aires, domingo del segundo mes del 2011





dream

dream
Imagen katiachausheva

"De seguro vendrá,
habrá podido tener algún impedimento, pero no ha de tardar
vendrá, yo lo conozco
no va a dejarme sola
no es posible
no va a dejar sola a su pobre Lou"



Yo desconocía mi vida. Mi vida transcurría a través de ti. Volvíase cosa
simple este gran asunto complicado. Volvíase cosa simple, a pesar
de cualquier inquietud.

Tu fragilidad, yo me consolidaba cuando la sentía apoyarse en mí.
¿Dime,es que verdaderamente no habremos de encontrarnos nunca más?

Lou, yo hablo una lengua muerta, ahora que no te hablo más. Tus grandes esfuerzos de liana en mí, lo ves, han logrado su propósito. ¿Lo ves al menos? Es verdad que tú jamás dudaste. Era necesario ser ciego como yo; necesitaba tiempo ese ciego, necesitaba tu larga enfermedad, tu belleza, resurgiendo esquelética de fiebres, necesitaba ese fulgor en ti, esta fe, para horadar finalmente el muro falaz de su autonomía.

Tarde lo vi. Tarde lo supe. Tarde aprendía "juntos" aquello que no parecía estar en mi destino. Pero no demasiado tarde. Los años han transcurrido para nosotros, no contra nosotros.

Nuestras sombras respiraron juntas. Debajo de nosotros, las aguas del río de los acontecimientos fluian casi en silencio. Nuestras sombras respiraron juntas y todo quedaba por ellas cubierto.

Tuve frío. Bebí sorbos de tu congoja. Nos perdíamos en el lago de nuestros intercambios.


dream

Rico de un amor inmerecido, rico que se ignoraba con la inconsciencia
de los poseedores, perdí con ser amado. Mi fortuna se fundió en un solo día.

Árida, mi vida torna a encauzarse. Pero no vuelvo de mi asombro. Mi cuerpo permanece en tu cuerpo delicioso y hay en mi pecho antenas plumosas que me hacen sufrir con el viento reseco. La que ya no es, toma contacto en mí, y su ausencia devoradora me invade y me consume.

Estoy ahora añorando los días de tu sufrimiento atroz en la cama del hospital, cuando yo llegaba por los pasillos nauseabundos, atravesados por gemidos, hasta la momia espesa de tu cuerpo vendado; cuando escuchaba de pronto emerger, como el "la " de nuestra alianza, tu voz, dulce, musical, contenida, resistiendo con valor la fealdad de la desesperación; cuando, a tu vez, escuchabas mis pasos y murmurabas, liberada: "Ah! , estás aquí!"

Yo apoyaba mi mano sobre tu rodilla, por encima del sucio cobertor, y todo desaparecía entonces, el hedor, la horrible indecencia del cuarpo tratado como un barril o como una alcantarilla, por seres extraños, atareados y recelosos; todo se deslizaba hacia atrás, dejando que sólo nuestros dos fluidos se encontrasen de nuevo a través de las curaciones, se mezclasen en un aturdimiento del corazón, en el colmo de la amargura, en el colmo de la dulzura.

Las enfermeras, el medico interno, sonreían; tus ojos llenos de fe apagaban los de los otros.

El que está solo, vuélvese de noche contra la pared para hablarte. Sabe lo que te animaba. Viene a compartir contigo el día. Ha mirado con tus ojos. Ha escuchado con tus oídos. Siempre tiene algo que decirte.

¿No me responderás algún día?

Pero también pudiera ser que tu persona se hubiese vuelto como un aire del tiempo de la nieve, que entra por la ventana cuando uno va a cerrarla, presa de escalofríos o de un malestar precursor del drama, como me ha ocurrido hace algunas semanas. El frío se echó de pronto sobre mis espaldas, yo me cubrí precipitadamente y me volví, cuando eras tú quizá, y lo más cálida que pudieras darte, esperando ser bien recibida; tú, tan lúcida, no podías expresarte de otro modo. Quién sabe si en este preciso instante no esperas ansiosa que yo por fin comprenda y vaya, lejos de la vida donde ya no estás, a reunirme contigo, pobremente, pobremente, es verdad, sin medios, pero nosotros dos aún, nosotros dos.





Henri Michaux


dream


. Henri Michaux . Namur . Bélgica . 1899 . París. Francia . 1984
 Versión . Lysandro Z. D. Galtier

 
 
 
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