ofrendar el cuerpo
los días de tristeza
No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.
Se disuelve en el aire el llanto roto,
al pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.
El pensamiento melancólico
se tiende, cuerpo, a tus orillas,
bajo el temblor del párpado, el delgado
fluir de las arterias,
la duración nocturna del latido,
la luminosa latitud del vientre,
a tu costado, cuerpo, a tus orillas,
como animal que vuelve a sus orígenes.
José Ángel Valente
mi alma ahora
Días en que una palabra lejana se apodera de mí.
Voy por esos días sonámbula y transparente.
La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos
donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales.
(Ella es su espejo incendiado, su espera en hogueras frías,
su elemento místico, su fornicación de nombres
creciendo solos en la noche pálida.)
Alejandra
yo no sé que me hicieron tus ojos V
Julio Cortázar
Rayuela . Capítulo VII
hilandera
Ella tiene los pies como Marilyn Monroe
y una tierna indefensión
en los hombros.
Están en una sala
y la ventana descorre sus cortinas
a un atardecer boscoso,
pero es como si fuera
una esfera de cristal.
No se miran.
Él la mira a ella. Ella a lo lejos.
Hace ya mucho tiempo que él la había soñado
como un aire de cigüeñas,
una luz,
y ahora estaba allí.
Olvido García Valdés
. Olvido García Valdés . Asturias. España . 1950
... Imagen. Tamara Dean
.
፸፸ (tírame una teoría)
.
Buenos Aires a los veintidos días de junio del 2017
El mayor desafío de la física actual, es establecer un puente de unión entre estos dos enfoques, y formular una nueva teoría unificada, a la que los científicos han atribuido ya la denominación fusionada de “gravedad cuántica”.
Así, para combinar la teoría de la relatividad general (que describe el espacio y el tiempo) con el principio cuántico (según el cual las cosas se hacen borrosas a muy pequeñas escalas), es mucho más realista no considerar las partículas como puntos perfectamente definidos. La teoría de las cuerdas permite dar cuenta de su naturaleza intrínsecamente borrosa, describiéndolas como especies de pequeñas cuerdas (objetos en una dimensión) en lugar de puntos perfectos (objetos en “cero dimensión”).
Este enfoque es apasionante ya que, si se asemeja la noción de partícula a una cuerda, se puede utilizar un enfoque matemático que permita aplicar las ecuaciones de la relatividad general de Einstein, sin tener la necesidad de elaborar ninguna hipótesis adicional. Cuando los físicos se dieron cuenta de esta posibilidad, hace unos treinta años, comprendieron que tenían una pieza importante del puzzle, susceptible de combinar la relatividad general con la mecánica cuántica. Se trataba de una nueva forma de considerar la teoría de Einstein.
La teoría de las cuerdas constituye actualmente un magnífico edificio matemático, con hermosas ecuaciones que permiten predecir la existencia de nuevas partículas que nadie ha observado aún. El desafío ahora es sustentar tales predicciones con experiencias que confirmen la validez de las mismas.
Por primera vez en la historia de la física tenemos un marco con la capacidad de explicar cada característica fundamental sobre las que está construido el universo. Por este motivo a veces se decribe a la teoría de cuerdas como la posible “teoría del todo” (theory of everything”, T.O.E.) o bien la teoría “última” o “final”.
En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui Pên, opta "simultáneamente" por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan .
Ficciones. 1944
saudade
frémissant
percibir la redondez del mundo
y echar a volar
la mariposa
que oculta duerme
en la noche callada
de mi cuerpo.
María Isola Salazar
. María Isola Salazar . Túquerres . Colombia, 1952
.
Así llevaba días, desde que llegué. Destrozaba mis nervios. No pensé en nada. Me sentía dividida, esa división me mataba, la lucha por sentir la alegría, una alegría inalcanzable. La irrealidad opresiva. De nuevo la vida retrocediendo, eludiéndome. Tenía al hombre que amaba en mis pensamientos; lo tenía en mis brazos, en mi cuerpo. El hombre que busqué por todo el mundo, que marcó mi niñez y me perseguía. Había amado fragmentos de él en otros hombres: la brillantez de John, la compasión de Allendy, las abstracciones de Artaud, la fuerza creativa y el dinamismo de Herny. ¡Y el todo estaba allí, tan bello de cara y cuerpo, tan ardiente, con una mayor fuerza, todo unificado, sintetizado, más brillante, más abstracto, con mayor fuerza y sensualidad! Este amor de hombre, por las semejanzas entre nosotros, por la relación de sangre, atrofiaba mi alegría. Y de este modo, la vida hacía conmigo su viejo truco de disolución, de pérdida de lo palpable, de lo normal. Soplaba el viento mistral y se destruían las formas y los sabores. El esperma era un veneno, un amor que era veneno.
Anaïs Nin
.Anaïs Nin . Neuilly-sur-Seine . Francia . 1903 . Los Ángeles . EEUU .1977
Versión . José Luis Fernández-Villanueva Cencio
agua.fuerte
"...Te supe frágil y desnudo,
tan frágil eras, tan desnudo
que se quebró tu sombra al respirar...."
Chantal Maillard
lápiz partido
.
Sentado junto a la ventana,
A través de los cristales, empañados por la nieve,
Veo su adorable imagen, la de ella, mientras
Pasa... pasa... pasa de largo.
Sobre mí, la aflicción ha arrojado su velo:-
Una criatura menos en este mundo
Y un ángel más en el cielo.
Sentado junto a la ventana,
A través de los cristales, empañados por la nieve,
Pienso que Veo su imagen, la de ella,
Que no pasa ahora... que no pasa de largo.
Fernando Pessoa
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***Î***
la ocupan estos trastos:
un sofá roto y una vieja lámpara,
la nevera oxidada y dos colchones
que alguien ha apoyado en la pared.
Es todo cuanto queda de un desahucio.
Son restos del futuro.
A menudo se ven por estas calles,
y sin embargo hoy piensa que, quizá,
son restos de sí mismo lo que ha visto.
Entonces vuelve la cabeza: un gato,
encaramado en el sofá, le mira
como ella antaño con sus ojos verdes.
.
.
¿puedo?
puedo tocar dijo él
(voy a gritar dijo ella
una vez sola dijo él)
es divertido dijo ella
(puedo acariciar dijo él
cuánto dijo ella
mucho dijo él)
por qué no dijo ella
(vamos dijo él
no muy lejos dijo ella
qué es muy lejos dijo él
donde estás vos dijo ella)
puedo quedarme dijo él
(quedarte cómo dijo ella
de esta manera dijo él
si me besás dijo ella
puedo moverme dijo él
será amor dijo ella)
si vos querés dijo él
(me estás matando dijo ella
así es la vida dijo él
pero tu esposa dijo ella
ahora sale dijo él)
entonces dale dijo ella
(en puntitas de pies dijo él
así así no parés dijo ella
no no pará dijo él)
dale aguantá dijo ella
(uy acabo dijo él
uy uy uy uy dijo ella)
¡amor mío! dijo él
(ya sos mío dijo ella)
e.e. cummings
. . e.e. cummings . Cambridge . Estados Unidos . 1894 . North Conway . Estados Unidos . 1962
Versión . Ezequiel Zaidenwerg
sin la luz de tu mirada (recurriendo a Barthes)
Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los afectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza del teatro.
La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado. Todas estas diversiones que me solicitan serían momentos perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo me quede sentado en un sillón al alcance del teléfono, sin hacer nada.
El ser que espero no es real. El otro viene allí donde yo lo espero, allí donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo alucino: la espera es un delirio.
Roland Barthes
Fragmento de Discurso Amoroso
. Roland Barthes . Cherburgo . Francia . 1915 . París . Francia . 1980
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