yo no sé que me hicieron tus ojos V







Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella.
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.



Julio Cortázar
Rayuela . Capítulo VII



Julio Cortázar. Bruselas . Bélgica  1914 .  París .  Francia . 1984 
Foto . Luciana Marti
 
 
 
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