under blue moon I saw you




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Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.



Palabra de Borges



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El nombre del satélite viene del latín luna, contracción de lucina, una forma del verbo luceo, lucere ‘brillar’, ‘iluminar’.
Desde los orígenes de la humanidad han existido inquietudes por el culto y el estudio de la Luna. Existen indicios que confirman la existencia de pueblos de Polinesia, Melanesia, tribus del amazonas o africanas que han tenido a nuestro satélite por un ser vivo que compartía con ellos sus alegrías y tristezas.
Los papués la llamaban Bimbaio, en el cercano Oriente cobró gran importancia el culto a la Luna: así sabemos que en la ciudad de Uruk adoraban a Nik y en algunos templos se rendía culto a Bilquis-Ilumquh, el dios lunar.



La luna ha fascinado a la humanidad a través de los tiempos. Mediante la simple observación con el ojo desnudo, uno puede distinguir dos grandes tipos de terrenos: las mesetas relativamente brillantes y las llanuras más oscuras. A mediados del siglo XVII, Galileo y otros astrónomos tempranos realizaron observaciones telescópicas, notando un solapamiento casi infinito de cráteres.


¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.


Federico García Lorca




En la mitología de la India brahmánica, se dice que la Luna está donde van las almas de los difuntos. La noción de la Luna como reino de los muertos nos lleva a una mayor tensión en su simbolismo. Sus fases pueden indicar una analogía con los ciclos orgánicos y el reino de la naturaleza, como ocurre en al mitología de algunas zonas de América del Sur, donde se cree que la Luna es la madre le las hierbas.
En la antigua Mesopotamia hubo quienes consideraban que el calor de la Luna, más que el del Sol, era la fuerza energética mediante la que crecían las plantas.
Al mismo tiempo las fases de la Luna han significado para algunos pueblos la decadencia y la muerte.
Esta paradoja de la vida y de la muerte está comprendida en la Luna como triple diosa, un motivo mítico que aparece bajo muchos aspectos, sobre todo donde encontramos una trinidad femenina, como en las tres Parcas, o las tres brujas.
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La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.


Jaime Sabines
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Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden.



Alejandra
Pizarnik

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