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Lo vi. Ya no pude quitarle los ojos de encima.
De buzo azul y ciruelas en la boca
andaba por ahí sin buscarme
Urdía desvelos de vino, aroma a palo verde.
Con intención de todo me atreví a susurrarle
- entérese voy a ser suya -
Ya no pude dormir sola. Desde el minuto cero
bailaba y bailaba el séptimo sentido
de un gotán sin palabras.
Nos verseábamos la boca
mordiéndonos los labios. Eso sí.
Yo andaba de jet lang en jet lang
si jugaba rayuela por mi espalda.
Algo en él me provocaba a llenarle
el zurdo setenta veces por día
de -te amo-
Nunca quise dispararle.
Malena Ezcurra