los poetas son del viento

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La boca cansada de cantar por el cuerpo promete un silencio y entonces todo queda coronado lentamente y se transforma en un corazón.
Los designios instantáneos del afuera quedan, por consentir que el silencio los absorba, anidados en el sereno adentro y esta mutación esencial del sonido traduce voces de estrados diferentes de alucinación, espectros vocales de otras ciudades despiertas, adosadas como palmas delebles a esta otra magnitud.
Llovió, y en la celebración que sigue a la lluvia, las criaturas nocturnas emiten una energía de misterio que no cesa de contagiar al viento para que agite alguna flor todavía despierta. Es inmensa la concentración de las plantas, el increíble pensamiento de aquella raza callada bajo la lluvia; es tanta la fuerza de las ideas agrupándose para la descripción de esto, que no es posible ni el rumor de la menor de las nostalgias.
Sólo el ulular del pelaje y la ropa, y el concierto de las llaves cerrando el candado, los rincones de las plantas sostenidas por puntos levemente en éxtasis de agitación, columnas de órganos de pasos de ciempiés indescubribles, gargantas verdes de pistilos locuaces y cimbres de tallos.
Algunas hojas brillantes caen indistintamente alrededor. Ahora comprendo que el suave viento precipita la caída de las gotas apenas imantadas, desorientando al oído. 
Sensible concierto; todos esos ruidos circulares y claros disimulan, quién sabe por qué complicidad cofrádica de la noche, la presencia y los pasos de los fantasmas allí convocados.





Cantata de Puentes Amarillos




Luis Alberto Spinetta



Luis Alberto Spinetta (Buenos Aires . Argentina . 1950 . 2012



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