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Por bosques de símbolos pasa a través el hombre y todos lo observan con miradas familiares. Como largos ecos que de lejos se confunden en una recóndita y tenebrosa unidad, vasta como la noche y como la claridad.
Perfumes, colores y sonidos se responden. Hay perfumes frescos como carnes iniciales, dulces como oboes, verdes como las praderas.
Y otros hay, que son corruptos, ricos y triunfales, y tienen la expansión de las cosas duraderas, como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso.
Que de espíritu y sentidos cantan el embeleso.
Charles Baudelaire
Versión . Mario Bojórquez
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