Buenos Aires, último lunes del primer mes de 2010
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Pd. Si ustedes son los que vibran encontrando lugares con artilugios no pueden dejar de ir al Gato Viejo.
Comer en ese enorme y extravagante galpón que parece salido de la imaginación de Tim Burton, poblado de chatarra y esculturas de metal, es una experiencia única.
Regazzoni enorme anfitrión es histriónico, talentoso, hospitalario y un Mefistófeles ferroso y vital .
Sin duda, algo distinto en la cocina y en la cultura porteña: Pantagruel y Rodin, las dos caras de una misma moneda.
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