para que algo suceda tiene que suceder dos veces

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Buenos Aires, primer jueves del séptimo mes de 2010
 


Mi amado lepidopterólogo,
has podido cazarme y penetrarme
con tu alfiler dorado
y podrás estudiar bajo la lupa
mis antenas, mis órganos, la gracia
cromática, irisada, de mis alas.

  Nunca hallarás el brillo, la volátil
temblorosa belleza que en la luz
de esa mañana - ¿te acordás? - te hiciera
acecharme por horas
te ha quedado
mi amor, entre las manos,

el polvillo ilusorio del deseo,
este cadáver de mi libertad.




Karina Sereni



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  .  Karina Sereni .  Córdoba . Argentina . 1982.






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