la única flor

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manos
manos1
manos2

Mi vivencia paradójica,
aquello que no termina,
es que, después de haber
arrancado del corazón
la última flor,
he visto florecer otras.
Es posible que la muerte
no haya caído sobre el universo,
y que un diluvio de lágrimas
no me haya devastado?
Ya te odio.
Y no sé más
a quién echarle la culpa
de esta lejanía.
Debiste al menos advertirme
Debiste darme el último adiós.




Alda Merini







. Alda Merini . Milán.  Italia .  1931 - 2009
  Versión . Delfina Muschietti
.. Imagen . Teresa Andión


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