les oiseaux sans voix


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sangre en las venas
te digo y me decís
y nuestro pulso, cruel detractor de barbaries
que no conocimos, perpetuo carnaval que se nos
aparece junto a los ojos

felina, la mujer-pez se acerca y me acaricia, me mima
con sus palabras escritas en un viento cambiante, que
acompañó la mutación del mar, el cambio de estaciones
sagrado

y saber que cada vez falta menos, que nuestra época
todavía no ha comenzado, y que inventaremos historias
hermosas con finales tristes en alguna habitación
vacía, que nos tendrá como únicos habitantes

y treparemos a las paredes
y dejaré que me mates
para matarte luego yo

y quizás nos encontremos una noche de lluvia,
y contemplaremos, seremos los testigos de esto que
no me animo a definir como historia, libro o mandala,
nuestra hermosa y maldita cárcel kármica que supimos
conseguir

no le hagás caso a mi voz, vos sos la
verdadera voz, la palabra, el designio, yo soy el
dibujo, la imagen vista desde lejos, ese que se te
acercará, te devolverá tu corazón de cristal después
de tanto tiempo, y te abrazará, te besará y te
invitará a nadar contra la corriente a su lado para
siempre

el milagro de los colores
tu pelo, mitad
hermosa cara para ser dibujada
voy a desterrarte infinitamente de tu cárcel,
vos no estás hecha para seguir formando parte de
colecciones, de listas aleatorias y humanas

somos culpables de la eternidad, Maga
la palabra maldita te encierra, a mi también
vos sos la Maga que me encontró,
yo soy el Leandro que un Mayo te quiso dibujar

estamos rompiendo las leyes de la identidad
convencional, estamos destrozando las imaginarias
barreras de espacio y tiempo, nunca creimos en las
distancias ni en los mares premonitores aunque se
que aún existe un miedo, se que la entrega tendrá que
ser absoluta, o no servirá para nada que hayamos
engañado a los relojes

perfecta musa para este pintor de muñecos desnudos
cuando nos veamos de nuevo detendremos los
relojes, y permaneceremos eternamente en ese primer
día, nuestro libro nunca dejará de comenzar, nos
sorprenderá con las metáforas de las que formaremos
parte, la penúltima canción continuará sonando

vamos a enterrar a nuestros yo equívocos
quiero equivocarme de nuevas maneras a tu lado

poeta maldita,
dama asesina,
princesa vampira,
mujer, mujer-pez,
ojos de gata,
Maga,
mi error más hermoso
o mi hermosura más errónea
preparemos las alas,
vas a ver que los peces pueden volar
sé que lo sabés, se nota en tus naturalidades, en la forma de caminar, en la manera de alzar la vista irónicamente, la mayoría confunde ese gesto con ingenuidad, yo lo entiendo, yo soy la Maga, la no-Maga, la coraza, el cigarrillo en lugar de la metáfora, el deseo de dejar de existir, el deseo de empezar a existir



Julio Cortázar
Rayuela . Capítulo LIV 



Julio Cortázar. Bruselas . Bélgica  1914 .  París .  Francia . 1984 
Foto. Beatriz Aliaga 

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