lo sublime ronda la noche

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Buenos Aires, 22 de agosto de 2009

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Cada suicidio es un sublime poema de melancolía.


Honoré De Balzac




"Todo lo que resulta adecuado para excitar las ideas de dolor y peligro, es decir, todo lo que de algún modo es terrible, o se relaciona con objetos terribles, o actúa de manera análoga al terror, es una fuente de lo sublime; esto es, produce la emoción más fuerte que la mente es capaz de sentir."

Edmund Burke



El término "sublime" quizás haya perdido, en nuestra lengua, parte de su resonancia y sentido originario. En general, la expresión designa lo excelso, eminente o de gran elevación. De allí el verbo "sublimar", en el sentido de engrandecer o ensalzar.
La expresión proviene del latín sublimis, que designa lo que está en el aire, en lo alto, por el aire.
De donde también alto, elevado, situado en la altura, grandioso. La voz sublimis se acerca, finalmente, también a un sentido moral: se convierte en equivalente de la expresión "noble". Esta fluctuación entre los valores estéticos y los valores morales se mantendrá en gran parte de los análisis propiamente filosóficos.
Según el concepto original de Longino, que sería recuperado por filósofos y críticos de arte posteriores, lo sublime se caracteriza por una belleza extrema, que produce en el que la percibe una pérdida de la racionalidad, una identificación total con el proceso creativo del artista y un gran placer estético. En ciertos casos, lo sublime puede ser tan puramente bello que produce dolor en vez de placer.


Según Longino, hay cinco caminos distintos para alcanzar lo sublime: "grandes pensamientos, emociones fuertes, ciertas figuras de habla y de pensamiento, dicción noble y disposición digna de las palabras".


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El estremecimiento es la parte mejor de la humanidad. Por mucho que el mundo se haga familiar a los sentidos, siempre sentirá lo enorme profundamente conmovido".

Goethe


Hay una delicada diferencia entre el sentimiento de lo sublime y el de lo bello.
La emoción es en ambos agradable, pero de muy diferente modo.
La vista de una montaña cuyas nevadas cimas se alzan sobre las nubes, la descripción de una tempestad furiosa o la pintura del infierno por Milton producen agrado pero unido a terror; en cambio la contemplación de campiñas floridas, valles con arroyos serpenteantes, la descripción del Elíseo o la pintura del cinturón del Venus en Homero proporcionan también una sensación agradable, pero alegre y sonriente.
Para que aquella impresión ocurra en nosotros con fuerza apropiada, debemos tener un sentimiento de lo sublime; para disfrutar bien la segunda, es preciso el sentimiento de lo bello.
Altas encinas y sombrías soledades en el bosque sagrado, son sublimes; platabandas de flores, setos bajos y árboles recortados en figuras, son bellos.




Las últimas décadas del siglo XIX vieron el nacimiento de la Kunstwissenschaft o "ciencia del arte" un movimiento que intentaba discernir las leyes de la apreciación estética y alcanzar un acercamiento científico a la experiencia estética.

Al comienzo del siglo XX, el filósofo neo-Kantiano Dessoir distinguía cinco formas estéticas básicas: lo bello, lo sublime, lo trágico, lo feo y lo cómico. La experiencia de lo sublime implica para Dessoir un olvido del propio yo

Lo sublime, como concepto estético, estaba también en la base del modernismo que intentaba reemplazar a lo meramente bello, mediante la liberación del observador de las limitaciones de su condición humana .
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Imágenes. Auguste Rodin  . París . Francia .  1840 - Meudon . Francia . 1917
Fuente.  Lo bello y lo sublime . E. Kant





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