confesión

*



Fui feliz cuando las fuentes de agua me revelaron que tenía sed, y cuando estando en pleno desierto (donde la sed no se puede saciar), preferí, a pesar de todo, la fuerza febril que me inspiraba el furor del sol.

Ciertas noches hallé oasis maravillosos que el deseo acumulado durante todo el día hacían más frescos aún. En la extensión de arena golpeada por el sol y como adormecida por un gran sueño, el calor era tal que vibraba en el aire, sentí el pulso de la vida, una vida que no podía dormir, que se desvanecía de tanto temblar en el horizonte, y que estaba henchida de amor a mis pies.
Lo único que buscaba día a día, minuto a minuto, era hallar la manera más pura de penetrar la naturaleza.



André Gide  (Los alimentos Terrestres )
 
 

. André Gide  . París . Francia .  1869 . 1951
  Versión . Luis Echévarri
.. Imagen .   Teresa  Quirós


.