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"Poner un recuerdo en una mitad de la cabeza.
Acallarlo y olvidarlo.
Dejar que la otra mitad de la cabeza lo añore".
Acallarlo y olvidarlo.
Dejar que la otra mitad de la cabeza lo añore".
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Fluxus es un movimiento de artistas ágiles. Su arte se nutre de presentaciones o rituales en las cuales los objetos cotidianos o triviales son transformados en piezas de arte. Cuando se utilizan instrumentos artísticos, como un piano, esto se debe a que es la única posibilidad que pueden ofrecer para dicho ritual. Los pianos de Fluxus son siempre utilizados de un modo muy primitivo y nada virtuoso.
Las presentaciones Fluxus se caracterizan especialmente por una combinación de acciones que ocurren como un ritual simple o en un contexto ritualizado. Usualmente hay una audiencia y luego por lo general no queda mucho del trabajo de las obras de arte.
Las acciones de las cuales estamos hablando son, siempre de manera diferente, violar los valores y estándares cotidianos. Ellos quieren provocar al sistema de un modo juguetón. La alegría es más importante que el impulso explícito de provocar, permitiendo al impulso hacer cambios estructurales en el sistema. Podemos encontrar, sin embargo, un fuerte compromiso social y político en algunos de los artistas pertenecientes a este grupo.
Fluxus no tiene, en realidad, un mensaje fundamental: no está apuntado a la destrucción, no tiene compromisos educacionales y pedantes y no busca crear conciencia política. Mayormente, está apuntado al desorden y el entretenimiento originado a partir del desorden.
El arte es buscado en las cosas usuales, en los lugares comunes. Es este contexto lo que hace que la experiencia de la audiencia le lleve a pensar de modo diferente. El arte puede encontrarse más en el contexto que en la obra de arte que, como tal, existe.
Si explicamos Fluxus por sus nombres, Fluxus será, sobre todo, John Cage, Yoko Ono , Nam Jun Paik y Joseph Beuys. Estrellas cuyo nombre propio va por delante del grupo. Si se explica por la historia del arte la conexión es directa hacia Marcel Duchamp y el anti-arte del dadaísmo. Pero en plena Guerra Fría, esta asociación multidisciplinaria que traficaba obras por correo (de Nueva York a Berlín y Tokio) tuvo el carácter de una conspiración que negaba la ruptura vigente del mundo. Con esa obsesión por las instrucciones (teóricos como Peter Weibel ven allí una anticipación del arte interactivo siglo XXI), los Fluxus parecían concebir el manual de uso de la inminente catarsis cultural de los 60.
La expresión Fluxus fue inventada por George Maciunas (1931-1978) para enfatizar el carácter siempre cambiante del grupo de artistas. Fue elegido también para servir de unión entre los diferentes tipos de actividades, medios, disciplinas, nacionalidades, sexos, enfoques, y ocupaciones que el grupo rodea.
Fluxus es un movimiento de artistas ágiles. Su arte se nutre de presentaciones o rituales en las cuales los objetos cotidianos o triviales son transformados en piezas de arte. Cuando se utilizan instrumentos artísticos, como un piano, esto se debe a que es la única posibilidad que pueden ofrecer para dicho ritual. Los pianos de Fluxus son siempre utilizados de un modo muy primitivo y nada virtuoso.
Las presentaciones Fluxus se caracterizan especialmente por una combinación de acciones que ocurren como un ritual simple o en un contexto ritualizado. Usualmente hay una audiencia y luego por lo general no queda mucho del trabajo de las obras de arte.
Las acciones de las cuales estamos hablando son, siempre de manera diferente, violar los valores y estándares cotidianos. Ellos quieren provocar al sistema de un modo juguetón. La alegría es más importante que el impulso explícito de provocar, permitiendo al impulso hacer cambios estructurales en el sistema. Podemos encontrar, sin embargo, un fuerte compromiso social y político en algunos de los artistas pertenecientes a este grupo.
Fluxus no tiene, en realidad, un mensaje fundamental: no está apuntado a la destrucción, no tiene compromisos educacionales y pedantes y no busca crear conciencia política. Mayormente, está apuntado al desorden y el entretenimiento originado a partir del desorden.
El arte es buscado en las cosas usuales, en los lugares comunes. Es este contexto lo que hace que la experiencia de la audiencia le lleve a pensar de modo diferente. El arte puede encontrarse más en el contexto que en la obra de arte que, como tal, existe.
Si explicamos Fluxus por sus nombres, Fluxus será, sobre todo, John Cage, Yoko Ono , Nam Jun Paik y Joseph Beuys. Estrellas cuyo nombre propio va por delante del grupo. Si se explica por la historia del arte la conexión es directa hacia Marcel Duchamp y el anti-arte del dadaísmo. Pero en plena Guerra Fría, esta asociación multidisciplinaria que traficaba obras por correo (de Nueva York a Berlín y Tokio) tuvo el carácter de una conspiración que negaba la ruptura vigente del mundo. Con esa obsesión por las instrucciones (teóricos como Peter Weibel ven allí una anticipación del arte interactivo siglo XXI), los Fluxus parecían concebir el manual de uso de la inminente catarsis cultural de los 60.
La expresión Fluxus fue inventada por George Maciunas (1931-1978) para enfatizar el carácter siempre cambiante del grupo de artistas. Fue elegido también para servir de unión entre los diferentes tipos de actividades, medios, disciplinas, nacionalidades, sexos, enfoques, y ocupaciones que el grupo rodea.
* Café Theater, es una obra de acción del grupo de arte Fluxus que se expuso en el MAC.
La idea era prepararse un café, sentarse a tomarlo, y poner un cartel que decía "¿quieres tomarte un café conmigo?"...si alguien se animaba, pues la obra habría cumplido su objetivo.
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