cayendo en parapente

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De una sola manera se puede decir a alguien:
“no te olvido”.
La cuerda del violoncello queda vibrando sola
bajo un arco invisible
y los pecados desaparecen como ratas al descubierto.
Mi corazón asombra porque late
y hay sangre en él y va a parar un día
y se vuelve un tambor patético
si decís en mi oído:
“no te olvido”.
Manchas de luz en la pared,
una jarra pequeña
con tres rosas de plástico.

Todo en el mundo es perfecto.
Y la muerte es amor.


Adélia Prado





. Adélia Prado . Minas Gerais  .  Brasil . 1935
  Versión . Graciela Cros
.... Imagen . Nishe  (Magdalena Lutek )





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