para los amantes de alma-zen

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Tengo que decirlo no quiero que explote mi  esternón.  Si hay algo que me parece superfluo en este tiempo despellejador son los seres que pululan como abejorros haciendo de su vida  leyes de espiritualidad. Cosa que no practican ni llevarán a cabo nunca sino es con palabras. Son un libro de autoayuda rebotando. ¡Boing!¡Boing!.
Todo free, todo laborterapia. Devotos de Claudio María Domínguez, Leo Buscaglia  y del gurú paspartú.   Hablan como si nada de conexión e intuición. Les fascina decir "sos un guerrero" "todo bien".  En vez  de hundir los dedos en las vísceras del otro  y en las suyas.
Les gustan las imágenes de paisajes con el sol saliendo,  la luna entrando, y muchas pero muchas flores de loto de las que nunca percibieron ni siquiera su fragilidad.
Se nota que los parieron freezados. Tienen respuesta para superar miedos, superar ansiedad,  controlar el estrés. Son  mensajeros del Sai Baba.  
Y para finalizar una canción de Paco Ibañez . Todavía hay semejantes que se derrumban, y pueden  vivir-escribir-cantar el naufragio. Aún a  muchos nos duele el alma   y  a otros tantos les cuesta amanecer.




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