Dios conoce
nuestra manera de dormir
y despertarnos.
Por algo inventó el día
y le pintó después la noche entre tus brazos.
No es casual que tus ojos
hoy se parezcan tanto a mi ternura
ni que tus senos se asemejen
al hueco de mis manos.
Dios quiso que la tierra floreciera
y te plantó esa risa
y echó a volar albatros para que caminaras
y dejó que lloviera para que nos amáramos.
Ahora andamos perdidos por el mundo.
Desentendidos del odio y las tormentas.
Alimentando dulcemente la eternidad
para que no se vaya
a corretear por otros prados.
Ahora alcanzamos la inocencia.
Somos dos frutos sin edad que ruedan
por el vestido de la tarde
y se internan desprejuiciadamente
en la garganta de la luz.
Ahora somos, por fin,
los ángeles caídos que ha perdonado Dios.
Los insaciables dueños del verano.
Miguel Ángel Bustos
. Miguel Ángel Bustos. Buenos Aires .1932 - Desaparecido por la dictadura militar .1976
..Imagen . Colette Saint Yves