ay amor!

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Hay noches que pierdo mi yin yang
nunca más nos encontramos por  la calle
bajo la luz escandalosa de la luna
que  cae y vuelve a caer.  Se despedaza.
Dejándome loca, danzando sola
sin tu voz teñida  de fasos.

En mis huesos los girasoles quemados
de  nuestro Hiroshima
y las cenizas que el viento malgastó.

Es así flaco, no hay nada después de vos
ya no cantan los pájaros africanos
tengo los oídos  tapados. 

Por la rotura del techo gotean brasas 
quemándolo todo
hasta  lo que quedó del amor.



Malena Ezcurra




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