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Un cántico espiritual que me cobije
sería lo perfecto en estos días de sequía:

afuera llueve y sin embargo,
las paredes de la casa son una pirámide acuosa
en la que se derrite el tiempo y caen
sobre el suelo dolorosamente liso los relojes,
y Dalí, con el cuerpo todavía entumecido, llora
diminutas lágrimas de opio y jacarandá,
porque en su memoria se repite un nombre que imagina,
le pone huesos, carne, labios, ojos, cejas,
cae sobre su asombro un enjambre de abejas,
de su boca sellada por el polen,
sale ella




Eva Cabo





.   Eva Cabo . Galicia . España . 1977
. Imagen . Yulia Lermak



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Buenos Aires, cuarto martes del primer mes del 2010


No me cuentes de tu llanto, paloma
que entre tus lienzos y tus cosas
bien podría estar mi espalda.
No me cuentes de una pena
que ya no queda espacio en mis cajones.

Sí podrías contarme, por ejemplo,
por qué tiemblan las paredes cuando digo tu nombre
por qué se cortó la luz mientras buscaba tu piel
por qué los relojes son tan inconstantes
para llevar juntos tu tiempo y el mío.

Y que mi día no acabe
cuando tus ojos despiertan y son música y color.

No me cuentes de tu llanto.
Acaso sería mejor
que pudieses llorar conmigo.




Alfredo Palacio




. Alfredo Palacio . Buenos Aires . Argentina . 1949
.....  Imagen  Polina Washington 
 
 
 
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Estaba preciosa, hasta el límite mismo de la irrealidad. Su belleza era superior a cuanto me había sido dado contemplar anteriormente ni había alcanzado jamás a imaginar. Era tan expansiva como la energía del cosmos, pero al mismo tiempo estaba tan contraída como si habitara en un glaciar. Resultaba excesiva, hasta rozar el umbral del orgullo, aunque al mismo tiempo sus proporciones eran armoniosas. Desbordaba, en fin, cuanto mi mente me ofreciera como concebible. Ella y sus orejas eran un todo, eran como un inefable rayo de luz que se deslizara cadencioso por la pendiente del tiempo.

-Eres única -musité cuando pude recobrar el aliento.

-Lo sé -me respondió-. Es lo que ocurre cuando mis orejas están liberadas.


Varios de los clientes del restaurante se volvieron hacia nosotros, y fijaron sus ojos en ella, sin ningún recato. Un camarero que había acudido para servir más café, no acertaba a verterlo en las tazas. Todo el mundo se quedó con la boca abierta. Únicamente los carretes del magnetófono seguían girando sin prisas desde la consola del equipo estereofónico.
Ella sacó de su bolso un cigarrillo mentolado. Yo, la mar de atolondrado, le ofrecí fuego con mi encendedor.

-Me gustaría acostarme contigo -dijo.

Así fue como empezamos a dormir juntos.




Haruki Murakami 
La caza del carnero salvaje 
 
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. . Haruki Murakami . Kioto. Japón . 1949
   Versión . Gabriel Álvarez Martínez 
... Imagen . Zhang Ahuei



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Sentada de cuclillas en la cama, ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros, y dijo:

-Lo único que te cambiaría es el domicilio.

Y desde entonces vivieron juntos, fueron juntos, y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.
Ahora este hombre, mutilado de ella, quisiera recordarla como era. Como era cualquiera de las que ella era, cada una con su propia gracia y poderío, porque esa mujer tenía la asombrosa costumbre de nacer con frecuencia.
Pero no. La memoria se niega.
La memoria no quiere devolverle nada más que ese cuerpo helado donde ella no estaba, ese cuerpo vacío de las muchas mujeres que fue.


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Las trampas del tiempo
Eduardo Galeano






. Eduardo Galeano . Montevideo . Uruguay . 1940 . 2015




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Buenos Aires, cuarto domingo del primer mes de 2010
 


El Mio es grande y en lo alto se pierde
El Tuyo es verde.
Arrastro el Mio con este hilo.

El Tuyo se ha escondido jugando.
Al mio lo estoy atando.

El tuyo de noche está callado.
El Mio,cuando quiere vuelve a mi lado.

El Tuyo se cuela por las ranuras.
El Mio pasea en las noche oscura.

El Tuyo lleva paraguas por si llueve.
El Mio intenta atrapar una rana y no puede.

Al Tuyo le gusta el tiempo de las castañas.
El Mio adora la luna y hace cosas extrañas.

El tuyo libros enormes puede leer.
El Mio era pequeño antes de crecer.

El tuyo pasa por los ojales.
Al Mio,sin mi ,le entran todos los males.

El tuyo vuela como una mariposa.
Al Mio le pueden cantar cualquier cosa.

El Tuyo sabe escribir su nombre.
El Mio es un secreto y se esconde.



Peter Geibler


Peter Geibler . Madrid . España
Imagen . Pluja Fina (Marta Navarro )


 
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de.venir

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Buenos Aires tercer lunes del primer mes de 2010
 



El alma adora nadar. Para nadar es preciso extenderse sobre el vientre. El alma se disloca y huye. Huye nadando. (Si vuestra alma huye cuando os encontráis de pie, o sentados, o con las rodillas o los codos doblados, para cada posición corporal diferente el alma partirá con un modo de andar y una forma también diferentes; esto lo estableceré más tarde).
Se habla a menudo de volar. No es eso. Lo que hace el alma es nadar. Nada como las serpientes y las anguilas; nunca de otro modo. Numerosas personas tienen así un alma que adora nadar. Se las denomina vulgarmente perezosas. Cuando el alma a través del vientre abandona el cuerpo para nadar, se produce una liberación tal de no sé qué; es como un abandono, como un goce, como una relajación tan íntima... El alma va a nadar en la caja de la escalera o en la calle, según la timidez o la audacia del hombre, pues siempre guarda un hilo entre ella y él, y si este hilo se rompiese (es a menudo muy delgado aunque se precisaría una fuerza espantosa para romperlo) sería terrible para ambos (tanto para ella como para él). Cuando se encuentra pues el alma nadando a lo lejos, gracias a este simple hilo que liga al hombre con el alma, se derraman volúmenes y volúmenes de una especie de materia espiritual, como el barro, como el mercurio o como el gas - goce sin fin.



Henri Michaux
 
 
 
. Henri Michaux . Namur . Bélgica . 1899 . París. Francia . 1984
  Versión Idalia Morejón Arnaiz
... Imagen . Susanna Majuri


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sea donde sea

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A mis padres que vivieron conmigo
cuando los unicornios danzaban en el bosque
y a quienes recuerdo siempre
como ahora.

M.


Será en la edad madura.
Cuando la pulpa fresca del durazno perfume los crepúsculos.
Al caer de las rosas.
Detrás de la neblina, los nombres bienamados, los rostros bienamados, renacerán entre los nomeolvides como si algún conjuro pusiera del reverso la trama de la ausencia.



Norma Segades



.  Norma Segades . Santa Fe . Argentina . 1945
 
 
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ukiyo-e 浮世絵

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Buenos Aires, segundo martes del primer mes de 2010
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Ukiyo-e "pinturas del mundo flotante", o Estampa Japonesa, es un género de grabados (realizados mediante xilografía o técnica de grabado en madera) producidos en Japón entre los siglos XVII y XX, entre los que se encuentran imágenes paisajísticas, del teatro y de los cuartos del placer.

Ukiyo, hace referencia a la impetuosa cultura joven que tuvo auge en el centro urbano de Edo (actualmente Tokio), Osaka, y Kioto y que era un mundo dentro de sí. Es una alusión irónica al término homónimo "Mundo Doloroso" (憂き世), el plano terrenal de muerte y renacimiento en el que se basa la religión budista.

The Lovers by Utamaro Kitagawa


En 1868 Japón se abre a Occidente, y éste comienza a conocer los llamados ukiyo-e-hanga, término acuñado por Samuel Bing.
Los grabados se exponen por toda Europa y comenzaron a tener gran importancia por las novedades que aportaban. Tuvieron un impacto a nivel de renovación de los sistemas representativos.
Los Ukiyo ofrecen una alternativa en la que encuentran una nueva forma de realidad. La pintura que traen consigo una que representa un mundo superficial y fugaz. Como suele pasar con todo lo nuevo, la aceptación por parte de las clases elevadas fue difícil. Fueron los pintores de la década de 1880 los que vieron en estas obras grandes descubrimientos aptos para renovar el arte:

. Se apuesta por la recuperación del dibujo y del trazo a diferencia de lo que ocurría en el Impresionismo.
. El color se aplica en grandes superficies planas sin matización y sin perder intensidad en la lejanía.
. Por medio del dibujo se dan las calidades de materia, forma e incluso volumen.
. Se transmite una visión cósmica a partir de lo mínimo.
. Se capta el gesto detenido y fijado, coincidiendo con la idea de instantánea.
. Cobra importancia el dejar sin cubrir.
. Hay una nueva organización de espacio: se usa la diagonal y la línea de horizonte se coloca bastante alta,    así, las figuras se van escalonando.
. Se usan diferentes puntos de vista, así, las composiciones pueden resultar asimétricas y descentradas.
. Se usan encuadres originales.
. Se transmite una visión edonista de la vida, la misma que reclamaban los impresionistas.
. Gusto por situaciones insólitas.





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Buenos Aires, segundo domingo del primer mes de 2009
 


He conseguido ver el resplandor con que te llevan cuando te persigo;
he aspirado también, señor de las plantaciones y las flores,
el aroma narcótico con que me abrazas desde un rincón vacío de la casa,
y he oído en el pan que cruje a solas el pequeño rumor con que me nombras,
tiernamente, en secreto, con tu nuevo lenguaje.
Lo aprenderé, por más que todo sea un desvarío de lugares hambrientos,
una forma inconclusa del deseo, una alucinación de la nostalgia.




Olga Orozco



. Olga Orozco . La Pampa . Argentina . 1920 - Buenos Aires . Argentina . 1999
... Imagen . Amber Ortolano






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la apasionada en.laza verdes


Tú hablas de tú
a los árboles,
penetras con tu pregunta
entre las ramas,
no quieres nada de los pájaros,
como no quieres nada de la hierba;
tú sólo quieres lo que sabe
a verde sin tristezas,
quieres el verde más inalcanzable.


Eres la gran apasionada de las hojas,
la gran apasionada de lo intacto,
buscas el verde que no existe en esta tierra,
eres la gran platónica.




Fabio Morábito




. Fabio Morábito .  Alejandría .  Egipto .  1955




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fotograma del film 2046 


 
 
"2046 es la historia de un hombre que se inventa a diferentes mujeres para no olvidar a la única que amó"


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Wong Kar-wai. Nacido en Shanghai, emigró a los cinco años a Hong Kong. Proveniente de la China Continental y hablando sólo mandarín y dialecto shanghainés, pasó por un difícil periodo de adaptación al cantonés que se habla en Hong Kong, por lo que pasaría horas en los cines junto a su madre.
El actual estilo artístico y nostálgico de Wong tomó forma durante su aprendizaje con Alan Tang Kwong-Wing, quien invertiría en la primera película, As Tears Go By (1988).
La carrera de WKW despegó cuando dirigió Days of Being Wild (1990).

Entre las influencias del cine de WKW está la de la literatura del argentino Manuel Puig. “A Manuel Puig lo leí cuando estaba en el instituto”, explica. “Me inspiró su manera de contar las historias, no el contenido sino la forma. Yo apenas utilizo un guión, tomo notas y luego hablo mucho con los actores, de la película y de la historia que quiero contar. En la literatura de Puig hay algo indefinible que me gustaría transmitir con mi cine.”
La influencia latina va más allá y en 2046, como ya ocurría en Fa yeung nin wa, suena música latina de los años sesenta. “Bueno, para mí es algo muy natural: en los años sesenta, en los bares y night clubs, las bandas que actuaban eran siempre de filipinos. Ellos introdujeron en Oriente la música latina. Cuando llegué a Hong Kong tenía cinco años, y lo primero que me impresionó fue la música y los sonidos de la ciudad. Cuando era niño no sabía qué era un bolero, pero ya entonces me fascinaba. "Yo los encontraba divertidos, y el ritmo me gustaba mucho. La música latina es muy creativa.” Wong Kar Wai dice que los espectadores de sus películas bailan con la pantalla: “La manera de utilizar la música en mis películas es muy impresionista. Cada capítulo o cada historia tienen su propia banda sonora. Yo a los espectadores les propongo un baile, un baile en el que deben saber cuándo cambiar de pareja y moverse alrededor de unos y otros”.
“Aunque pueda parecerlo, yo no tengo una mirada pesimista sobre el hombre”, agrega el director. “Es verdad que mis personajes están terriblemente solos, pero quieren dejar de estarlo. Buscan desesperadamente algo, lo malo es que lo que buscan ya pasó. Ahí surge la nostalgia, la culpa y el dolor. Resultaría aburrida una película sobre un hombre y una mujer que se aman y se conocen en el momento preciso y son felices. ¿A quién le importa eso? Nosotros queremos saber qué les ocurre a esas personas que no se encuentran nunca, que sobreviven sabiendo que en realidad para ellos sólo existió aquel amor.”
 
 
 
 
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veo veo XI (man ray)

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En el cuadro del Guernica aparecen cuatro mujeres entre los escombros del bombardeo, todas con la boca abierta por un grito de terror, las cuatro mujeres son la misma, Dora Maar, la amante de Picasso en aquel tiempo. Hay un detalle añadido: los ojos del toro erguido en el ángulo izquierdo también son los de Dora Maar, que en la realidad eran de un azul pálido y algún psicoanalista lacaniano sabrá explicar el significado de un toro con ojos de mujer, que a su vez son idénticos a los del guerrero, cuyo cuerpo se halla destrozado en la base del cuadro.
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Picasso conoció a Dora Maar a principios de 1936. Su encuentro se ha convertido ya en una fábula excelsa de sadomasoquismo. Estaba el pintor una noche en el café Deux Magots de París con el poeta Paul Éluard y vio que en la mesa vecina una joven parecía entretenerse dejando caer la punta de una navaja entre los dedos separados de su mano enguantada, abierta sobre el mármol del velador. No siempre acertaba, puesto que el guante estaba manchado de sangre. El pintor se dirigió a ella en francés y la joven le contestó en un español gutural, la voz un poco ronca, temblorosa, con acento argentino. Después de una excitada conversación el pintor le pidió la prenda ensangrentada como recuerdo y ella le dio a Picasso no sólo el guante sino la mano y el resto del cuerpo, sin excluir su alma atormentada, no en ese momento, puesto que Picasso, presintiendo la tempestad amorosa que se avecinaba, echó tierra por medio y se fue a la Costa Azul, pero allí en casa de unos amigos comunes se volvió a encontrar con la mujer ese verano y ya no tuvo escapatoria. Bajo el esplendor mórbido del sol de Mougins, filtrado por los sombrajos de cañizo, sus cuerpos comenzaron a cabalgar en busca de la violenta alma contraria.

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Dora Maar no era una neófita en esta batalla con los hombres. Venía de los brazos de Georges Bataille, rey de la transgresión erótica, con quien había experimentado todos los sortilegios de la carne. Según su teoría los burdeles deberían ser las verdaderas iglesias de París. Bataille, junto con Breton, lideraba el grupo surrealista de izquierdas Contre-Attaque, que se reunía en un ático muy amplio de la Rue des Grands Agustins, 7, y se había hecho famoso por el libro Historia de un ojo, una mezcla de pornografía y lirismo con aditivos de violencia, autodestrucción y ceguera: el ojo -huevo que se introduce en la vagina-. En ese mundo se movía Dora Maar, exótica, bella y radical, siempre coronada con sombreros extravagantes.
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Dora Maar era pintora, fotógrafa y poeta, hija de madre francesa y de un arquitecto croata, instalado en París, que encontró trabajo durante algunos años en Argentina. Con ella atravesó Picasso los años de la Guerra Civil española y la ocupación nazi de París, desde 1936 a 1943, un tiempo en que el pintor vivía en medio de un vaivén de mujeres superpuestas. Su esposa Olga había sido suplantada por la dulce y paciente Marie Thérèse Walter, de la que le había nacido su hija Maya, y ese oleaje le había traído, como el madero de un naufragio, a Dora Maar, que tuvo que desplegar todas las artes para agarrar y no soltar los testículos de aquel toro español del Guernica, que según algunos críticos es el autorretrato del pintor.
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A inicios del año 1937 el Gobierno de la República española le encargó un mural a Picasso para la Exposición Internacional de París, que iba a inaugurarse en el mes de mayo. El contrato lo formalizó el cartelista Josep Renau, director general de Bellas Artes, en un bistró de la Rue de Bôetie, sobre una servilleta de papel y después se fue a jugar al futbolín con Tristán Tzara. La tragedia española estaba en su apogeo. Picasso sólo quiso cobrar los materiales, el lienzo y las pinturas, que, por cierto, fueron de una evidente mala calidad, como demuestra el deterioro en que se encuentra la obra. Dora Maar conocía el ático de la Rue des Grans Agustins, donde había celebrado diversas ceremonias demoniaco-surrealistas. Se lo mostró a Picasso para que lo alquilara.


El local era famoso porque Balzac había situado allí la novela La obra maestra desconocida, que trata de la obsesión de un pintor por representar lo absoluto en un cuadro. Dora Maar pensó que en el local había espacio suficiente para trabajar en un cuadro de gran tamaño. Y en ese ático comenzó Picasso una doble lucha. Durante los primeros meses no se le ocurría nada. Comenzó a realizar bocetos en torno a una especie de tauromaquia en medio de la convulsión de los desastres de una guerra, mientras Dora Maar iba levantando acta con la cámara de los esfuerzos y arrepentimientos del artista. En unos bocetos el caballo relinchaba abajo, en otros el toro mugía de otro lado. Dora Maar era a la vez testigo y protagonista, puesto que su rostro de frente ovalada y grandes ojos como lágrimas se repetía en todos los intentos en distintas figuras femeninas. Picasso incluso dejó que su amante pintara algunas rayas.


Mientras el Guernica tomaba la forma definitiva, alrededor del lienzo se había establecido otra suerte de bombardeo, que causó una catástrofe amorosa. En el ático entró un día la dulce y paciente Marie Thérèse Walter y se enzarzó a gritos con Dora Maar. Con insultos que se oían desde la calle, le echó en cara el haberle robado a su amante, al que ella había dado una hija. A esta escena violenta de celos se unió Olga, la compañera legal, y mientras las tres mujeres gritaban, Picasso seguía alegremente pintando el Guernica, muy divertido. Esta reyerta explosiva se hizo famosa en el Barrio Latino. El día 26 de abril de 1937, cuando el cuadro ya estaba casi terminado, sucedió el espantoso bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor. En homenaje a esa villa bilbaína, donde se conservaban los símbolos de un pueblo vasco, Picasso tituló el cuadro con su nombre. A partir de ese momento el Guernica se convirtió en un cartel universal contra la barbarie.

La batalla la había ganado Dora Maar. Ese mismo verano de 1937 se les ve muy felices en las playas de Antibes en compañía de otros seres maravillosos, desnudos en sillones y hamacas, Nush y su marido Éluard, Man Ray y su novia Ady, bailarina de Martinica, Lee Miller y Rolland Penrose, Jacqueline Lamba y André Bréton. Jugaban a intercambiarse los nombres y las parejas a la hora de la siesta y el más vanguardista en el sexo también era Picasso, que, según contaba Marie Térèse, solía practicar la coprofagia con sumo arte.



Picasso ejerció sobre Dora Maar otra suerte de sortilegio a la manera de su antiguo amante Georges Bataille. La convirtió en La mujer que llora: así aparece, erizada por el llanto en casi todos los cuadros en que ella le sirvió de modelo. Hasta su separación sumamente traumática Dora Maar fue la Dolorosa traspasada por siete navajas, que eran todas la misma que ella usaba el día en que se conocieron en el café Deux Magots, un símbolo del dolor de la guerra y del placer de la carne.

"Después de Picasso, sólo Dios", exclamó Dora Maar ante Lacan, el psicoanalista que la ayudó soportar el abandono del pintor. La mujer entró en una fase mística, se retiró del mundo, se encerró en su apartamento de París y sobrevivió un cuarto de siglo al propio artista. Murió en 1997, a los 90 años. En el Guernica sus ojos en forma de lágrimas se repiten en el toro, en el guerrero, en la madre que grita de terror con un niño muerto en los brazos, en la mujer que huye desnuda bajo las bombas, tal vez, desde un lavabo con un papel en la mano y en la que saca una lámpara por la ventana e ilumina todas las tragedias de la historia".



Manuel Vicent
Todas las lágrimas de Dora Maar
El País, 26 de dic., 2009.


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Imágenes Man Ray.



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le gouffre de votre eau





La sábana te cubre a medias, mis manos empiezan a bajar por el terso dibujo de tu garganta, inclinándome respiro tu aliento que huele a noche y a jarabe, no sé cómo mis brazos te han enlazado, oigo una queja mientras arqueas la cintura negándote, pero los dos conocemos demasiado ese juego para creer en él, es preciso que me abandones la boca que jadea palabras sueltas, de nada sirve que tu cuerpo amodorrado y vencido luche por evadirse, somos a tal punto una misma cosa en ese enredo de ovillo donde la lana blanca y la lana negra luchan como arañas en un bocal.
De la sábana que apenas te cubría alcanzo a entrever la ráfaga instantánea que surca el aire para perderse en la sombra y ahora estamos desnudos, el amanecer nos envuelve y reconcilia en una sola materia temblorosa, pero te obstinas en luchar, encogiéndote, lanzando los brazos por sobre mi cabeza, abriendo como en un relámpago los muslos para volver a cerrar sus tenazas monstruosas que quisieran separarme de mí mismo.
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Tengo que dominarte lentamente (y eso, lo sabes, lo he hecho siempre con una gracia ceremonial), sin hacerte daño voy doblando los juncos de tus brazos, me ciño a tu placer de manos crispadas, de ojos enormemente abiertos, ahora tu ritmo al fin se ahonda en movimientos lentos de muaré, de profundas burbujas ascendiendo hasta mi cara, vagamente acaricio tu pelo derramado en la almohada, en la penumbra verde miro con sorpresa mi mano que chorrea, y antes de resbalar a tu lado sé que acaban de sacarte del agua, demasiado tarde, naturalmente, y que yaces sobre las piedras del muelle rodeada de zapatos y de voces, desnuda boca arriba con tu pelo empapado y tus ojos abiertos.




Julio  Cortázar
Final del Juego


Julio Cortázar. Bruselas . Bélgica  1914 .  París .  Francia . 1984 
Foto . Phil Chester
 
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a la altura del aire

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Buenos Aires. primer domingo del primer mes de 2010



Las manos a la altura del aire
a dos o tres centímetros del vacío
no se mirará nada preciso
la polvareda que pasa
el inesperado cortejo de plumas
arrancadas al vuelo
la nubecilla rosada
y tonta que ya no es
el cierraojos y el ábrelos
en la breve opacidad
de una luz que no se ve
y el sueño pies de goma
y azules y brillantes
las estrellas
rientes
párpado sobre párpado
labio contra labio
piel demorada sobre otra
llagada y reluciente
hogueras
eso haremos a solas.



Blanca Varela





. . Blanca Varela. Lima.  Perú. 1926 .   2009
. Imagen . Zeynep Kübra Sağın



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under blue moon I saw you




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Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.



Palabra de Borges



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El nombre del satélite viene del latín luna, contracción de lucina, una forma del verbo luceo, lucere ‘brillar’, ‘iluminar’.
Desde los orígenes de la humanidad han existido inquietudes por el culto y el estudio de la Luna. Existen indicios que confirman la existencia de pueblos de Polinesia, Melanesia, tribus del amazonas o africanas que han tenido a nuestro satélite por un ser vivo que compartía con ellos sus alegrías y tristezas.
Los papués la llamaban Bimbaio, en el cercano Oriente cobró gran importancia el culto a la Luna: así sabemos que en la ciudad de Uruk adoraban a Nik y en algunos templos se rendía culto a Bilquis-Ilumquh, el dios lunar.



La luna ha fascinado a la humanidad a través de los tiempos. Mediante la simple observación con el ojo desnudo, uno puede distinguir dos grandes tipos de terrenos: las mesetas relativamente brillantes y las llanuras más oscuras. A mediados del siglo XVII, Galileo y otros astrónomos tempranos realizaron observaciones telescópicas, notando un solapamiento casi infinito de cráteres.


¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.


Federico García Lorca




En la mitología de la India brahmánica, se dice que la Luna está donde van las almas de los difuntos. La noción de la Luna como reino de los muertos nos lleva a una mayor tensión en su simbolismo. Sus fases pueden indicar una analogía con los ciclos orgánicos y el reino de la naturaleza, como ocurre en al mitología de algunas zonas de América del Sur, donde se cree que la Luna es la madre le las hierbas.
En la antigua Mesopotamia hubo quienes consideraban que el calor de la Luna, más que el del Sol, era la fuerza energética mediante la que crecían las plantas.
Al mismo tiempo las fases de la Luna han significado para algunos pueblos la decadencia y la muerte.
Esta paradoja de la vida y de la muerte está comprendida en la Luna como triple diosa, un motivo mítico que aparece bajo muchos aspectos, sobre todo donde encontramos una trinidad femenina, como en las tres Parcas, o las tres brujas.
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La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.


Jaime Sabines
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Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden.



Alejandra
Pizarnik

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veo veo X (duane michals)

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"Creo en lo invisible. No creo en lo visible. No creo en la realidad absoluta de lo que nos rodea.
Para mí­, la realidad reside en la intuición y en la imaginación, y en esa pequeña voz que dice: ¡¿No es extraordinario?!
Las cosas de nuestras vidas son sombras de la realidad y nosotros también somos sombras. La mayorí­a de los fotógrafos centran su atención en lo obvio. Creen y aceptan lo que les dicen sus ojos, pero los ojos no saben nada.
El problema es dejar de creer lo que todos creemos (que la realidad está ahí­ para ser fotografiada y documentada) y empezar a mirar en el alma como fuente original de nuestra experiencia fotográfica.
Estar preparados a todas horas para cuestionarnos y dudar de nosotros mismos."

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Duane Michals

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Duane Michals . Pensilvania , Estados Unidos, 1932 es un fotógrafo norteamericano.
Su fotografía destacó en los años setenta por sus secuencias y la incorporación de textos como elementos de las fotos. Se le considera uno de los principales representantes de la fotografía conceptual y filosófica. Aunque en sus fotografías se nota la influencia del surrealismo, especialmente Magritte y Balthus. Sin embargo, suele introducir elementos de reflexión sobre la existencia humana.
Realizó su primera exposición en la Underground Gallery de Nueva York con los retratos realizados en su viaje a Rusia en 1963.

En 1966 expuso en el George Eastman House de Rochester, Nueva York, con Lee Friedlander, Garry Winogrand, Bruce Davidson y Danny Lyon.
La parte más significativa de su obra son las secuenciaciones y la incorporación de textos como elementos visuales integrados.
Así en la portada del disco Synchronicity de Police se puede observar esa utilización de la secuencia para cada uno de los músicos. En 1966 presenta sus primeras secuencias y poco después incorpora sus textos a sus fotografías, dotándolas de un nuevo contenido ideológico.
Una característica esencial de su obra es la redefinición del medio fotográfico como un medio artístico y no como un registro de la realidad, destacando el papel de las emociones y los sueños.


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Data: Wikipedia.






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